Reflexión escrita por: María José Perruca Pacios.
Psicóloga General Sanitaria. Psicoterapeuta Humanista. Terapeuta Gestalt. Coordinadora Comité de ética en el ámbito sociosanitario. Miembro del equipo docente y terapéutico del ITG.
Convertirse en persona tiene un coste alto de tolerar angustia y crisis interiores. Si no te realizas, te constriñes y enfermas” (May, R. 1990).
En la neurosis está disminuida la capacidad de decidir ante los contenidos y acontecimientos, una desviación de las potencialidades para desarrollar proyecto, que al fracasar se repliega con la fantasía de conservarse.
“Espera lo que no existe y busca dónde no está”.
Esto le lleva a la frustración y pérdida de sentido. Querer más, sin renunciar a nada es en el fondo no querer elegir, no querer envejecer, no querer crecer, no querer morir.
«La enfermedad mental es vista desde la psicología existencial, como una desviación de la persona de su propia estructura de potencialidades para desarrollar su proyecto vital coherentemente». (De Castro, A.)
El presente está contaminado de situaciones pasadas conflictivas y situaciones futuras imaginadas conflictivas. Desde ahí, encontraríamos una alteración anímica, como puede ser la experiencia de ansiedad y depresión.
La ansiedad no ocurre solo en el interior de los seres humanos, sin tener nada que ver con la situación en que se encuentra la persona. Es una experiencia que siempre ocurre en la relación del individuo con las situaciones, objetos y sujetos que constituyen el mundo con el que se relaciona la persona.
La ansiedad se origina por la posibilidad y capacidad que tienen los seres humanos de valorar, dar significado a sus acciones y tratar de afirmar o preservar aquello que consideran importante en sus vidas. Incluso ante un desajuste orgánico que favorece su aparición, esta experiencia ansiosa nunca ocurre en el vacío. Siempre presente en toda decisión y proyecto del ser humano, ya que no hay seguridades absolutas. Podemos encontrar relación entre la experiencia de estar ansioso y la confrontación de la incertidumbre que viene del futuro. Esta, surge ante la presencia de la posibilidad de no alcanzar sus metas, de preservar aquello que le es significativo y/o de afirmar sus proyectos de vida. Es una reacción natural contra la posibilidad de no poder ser quien se quiere ser.
“La ansiedad es la reacción básica de los seres humanos hacia un peligro sobre su existencia, o algún valor que identifique con su existencia”. (May, R.)
La ansiedad normal, constructiva, acompaña el nacimiento de nuevas posibilidades. El grado de ansiedad depende de la valoración y significación que una persona haga de su experiencia en relación con una situación dada.
La experiencia de ansiedad no siempre es negativa, puede ser una experiencia gratificante y estimulante para el crecimiento y desarrollo personal. Puede ser a nivel constructivo y a nivel destructivo. En toda decisión, existe la posibilidad de que su efecto sea benéfico o perjudicial para nuestras expectativas.
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